Por Eugenio Marí.
Desgraciadamente, los últimos datos de pobreza nos recuerdan que en economía nada es gratis, y que la mala política económica de ayer tiene sus consecuencias hoy. Haber usado la emisión para financiar gasto electoral en la segunda mitad del 2023 generó un shock inflacionario que hizo caer los salarios reales. Y recordando que el INDEC mide la pobreza por ingresos, esto llevó a una profundización de esta dolorosa estadística.
Durante 2024, la fuerte baja de la inflación y la mejora de los salarios reales, que fueron acomodándose tras el shock inicial, auguran que en el segundo semestre la tasa de pobreza volverá a bajar. En esta línea, si tomamos algunas estimaciones mensuales, como las que realiza la UTDT, vemos que la pobreza ya empezó a bajar, aunque sigue en niveles muy altos.
No obstante, este sube y baja de pobreza que veremos durante 2024 es mayormente cíclico. Hay dos claves para empezar a bajar las tasas de pobreza de manera sostenida: ser doblemente responsables a la hora de conducir la política económica, esto es equilibrio fiscal y monetario en todos los niveles de gobierno, y apurar la implementación de reformas para que la economía empiece a crecer rápidamente.
Cada regulación improductiva que se elimina para facilitar la contratación en blanco, el ahorro, la inversión y la producción significa que en el segundo semestre del 2024 y en 2025 veremos un poco menos de pobreza.
(*) Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso.