Por Emilio Apud
Consultor en Energía; ex secretario de Energía y Combustibles.
La decisión de radicar la planta de gas natural licuado de YPF Petronas en Punta Colada en Río Negro, me parece que es una excelente decisión. No por el lugar, que ha sido decidido en base a factores técnicos y económicos, no políticos. Sería erróneo pensar que las pobres performances en función pública de los gobernadores, una eventual recomendación presidencial, hayan pesado al momento de tomar la decisión. Es más, si hubiera sido así, seguramente las empresas no habrían avanzado en el proyecto. Los factores de localización analizados al momento de definir la ubicación de la planta fueron aplicados a Bahía Blanca y a Punta Colada en el Golfo San Matías. Independientemente del proyecto de YPF con Petronas, que es de envergadura, este es el primero de una serie de proyectos tal vez más grandes, más ambiciosos, de manera de colocar a nuestro país en el mercado internacional, ser competitivo en el mercado internacional del gas natural licuado a nivel transoceánico. La única forma de transportarlo es a través del gas natural licuado y es necesario hacer plantas de liquefacción. Y Bahía Blanca podría haber sido un lugar atractivo en el caso de que fuera un proyecto pequeño y puntual, que no fuera expansible.
Ventajas técnicas
Toda la zona del puerto de Bahía Blanca está bastante saturada por múltiples actividades y no permitiría un escalamiento de magnitud como se prevé para el gas natural licuado y también para petróleo.
Por otro lado, las maniobras y todo el practicaje para el amarre y movimiento de los barcos que vendrían a cargar gas natural licuado, presentan más restricciones en la zona del puerto de Bahía Blanca. Esto no ocurre en el Golfo de San Matías, que tiene mayor profundidad, mayor amplitud. Por otro lado, el frente marítimo de la costa, en Punta Colorado, en el Golfo de San Matías, puede permitir en el futuro ampliaciones sin ningún tipo de restricción. La otra ventaja importante que tiene es que el Golfo de San Matías reduce en unos 60 o 70 kilómetros aproximadamente los caños que directamente van a unir el yacimiento con la planta de licuefacción. Si pensamos que van a ser por lo menos necesarios tres grandes gasoductos de 30 o 36 pulgadas, estamos hablando de que es un ahorro sustancial de casi 200 kilómetros que tienen su peso. Es decir, San Matías es el punto inicial de la creación de un hub de gran importancia por donde va a salir todo el gas que, luego del proceso de licuefacción va a abastecer todo el mundo.
Las oportunidades
Las oportunidades que se abren en términos de exportación son, yo diría, de magnitud muy importante, no se pueden calcular. Tengamos en cuenta que solamente Vaca Muerta con su shale gas, tiene para una proyección del mercado local y regional para 140 años aproximadamente. Y hay una cosa que hay que tener en cuenta, que es la transición energética que ya ha comenzado y que puede durar entre 50 y 60 años. ¿Qué se haría entonces a posteriori con los 80 años restantes que van a quedar bajo tierra? Por eso, es un desafío para la Argentina tratar de monetizar, poner en valor lo antes posible y dentro de ese periodo de transición energética al net cero toda su riqueza. Y por eso es muy importante el desarrollo de ese nuevo hub de gas natural licuado que se va a combinar también con facilidades para exportación de crudo.
Proyecciones
Ya a partir de 2027, van a empezar a embarcarse gas natural licuado y se espera que con este proyecto, solo pueda llegar a haber un flujo de divisas por exportaciones que superen ampliamente los 20.000 millones de dólares cuando el proyecto termine. Cabe recordar que hay otros proyectos de menor envergadura pero también, hay otros proyectos de mayor envergadura. Pero que pueden arrancar rápido, que son el de Pan American Energy y otro de TGS. En todos los casos, en lo que queda de esta década, van a ser plantas flotantes de liquefacción, mientras que se van planeando y obteniendo los recursos financieros y técnicos para la planta On shore, que es ya una inversión de una magnitud de mayor envergadura. La ubicación de la planta de liquefacción es un eslabón de la cadena del negocio del gas natural licuado. La planta de licuefacción tiene que ser abastecida. Y para ser abastecida es necesario llegar con el gas a través de la infraestructura de gasoductos. Más el incremento de la producción de gas en el yacimiento, en Vaca Muerta.
Asociativismo
La magnitud de las exportaciones de gas natural licuado van a requerir el acuerdo, la asociación de más de una empresa en el yacimiento, porque son exportaciones que, al menos por ahora, superan la capacidad productiva que pueda tener una sola empresa, incluso YPF, que es la empresa que más acreaje tiene en el yacimiento de Vaca Muerta. El otro eslabón importante, como mencionábamos, son los gasoductos que tienen que ser directos, sin interferir con la red doméstica. Es un caño directo desde el yacimiento hasta la planta de liquefacción, que serán varios. Son inversiones muy importantes, miles de millones de dólares. Luego, viene la planta de liquefacción y después, el desarrollo de la comercialización. Es necesario definir los off-taker y en qué condiciones y plazos. Al principio, se puede empezar con el mercado spot. Pero después hay que apuntar a mercados de mediano y largo plazo, por cantidades considerables
Un cambio copernicano
Este nuevo escenario implica una nuevaforma de pensar el negocio petrolero y gasífero en la Argentina, que siempre, hasta ahora, ha vivido de lo nuestro y con lo nuestro. Es decir, son mínimas las exportaciones, y todo fue local, con el agravante de que, en los últimos 20 años, el intervencionismo estatal quitó toda posibilidad de desarrollo según las reglas del capitalismo que imperan en el mundo y del libre mercado. Es un desafío desarrollar aptitudes de comercialización internacional en un mercado muy competitivo en China, India, Europa para el gas natural licuado y estamos arrancando un poco tarde, ya están alistadas potencias como Qatar, Estados Unidos, Australia, Trinidad, etcétera, con plantas de liquefacción. Mientras se va desarrollando el proyecto, que va a llevar dos o tres años, es necesario ir buscando clientes, cuáles son las condiciones, y eso es lo que va a definir la posibilidad y los condicionantes para poder llegar a ese valor.
No es más ahora un plan gas o un barril criollo u otras iniciativas en las que siempre se metía el Estado a inventar precios, que no tenían nada que ver con los que fija una commodity como es el tema de la industria petrolera.
Competitividad
Si bien el gas natural licuado todavía no es una commodity, lo va a ser en breve porque es el combustible de la transición energética que va a reemplazar al petróleo y al carbón. El precio lo va a fijar el destinatario. Si hay un destinatario en China, por ejemplo, fijará un precio de compra a 6 dólares el millón de BTU del gas natural licuado. Habrá que ir para atrás en la cadena de valor: el transporte, liquefacción, transporte local, producción. Quizás haya que llegar a dos dólares, un dólar y medio el millón de BTU en boca de pozo. Las provincias van a tener que afinar el lápiz con sus pretensiones recaudatorias, ya sea por regalías o por tasas u otros impuestos. Al igual que las empresas en cuanto a su rentabilidad. Si no, no se va a poder vender. Es uno de los principales desafíos que yo veo, adaptarnos a los requerimientos del mercado internacional al que va a estar dirigido este producto para la transición, que por suerte lo tenemos y en cantidad. Contamos con la segunda reserva del mundo de shale gas. Vaca Muerta tiene la gran ventaja de estar en producción, y de una forma tan eficiente como Estados Unidos, que es el otro país que está explotando los shale.