El poder del Storytelling y la experiencia de marca en la industria de lo intangible

El poder del Storytelling y la experiencia de marca en la industria de lo intangible

Por SOL BUSCHIAZZO.

Gerente de Comunicación & Marketing en Aspa. Storyteller y especialista en experiencia de marca.

Es clave el respeto por lo propio. Siempre. Antes de transmitir cualquier mensaje, es algo que parece obvio, pero no lo es. Hay momentos en los que cuesta ponderar lo aprendido, lo ganado, el error capitalizado, lo construido y lo transitado. Valorar el patrimonio puede resultar un acto sencillo si se ejercita, pero transmitir a otros ese valor es un verdadero reto. Más aún sí lo escalamos a una marca. Es mucho más desafiante.

En tiempos donde la disrupción digital avanza de modo transversal y acelerado, en el campo del Marketing y la Comunicación se vuelve imperativo el uso de herramientas efectivas para transmitir un concepto. Urge desarrollar competencias que permitan aprovechar cada oportunidad en un ambiente de altísima volatilidad, cambio e incertidumbre.

Es insoslayable para los líderes en ámbitos de toma de decisiones avanzar con el entendimiento del alcance de las tecnologías aplicadas a la comunicación, como así también en las oportunidades que surgen para la articulación del negocio en pos de la experiencia del cliente que ha sido siempre el elixir en estas disciplinas y aplica para el cliente externo y el interno. 

El storytelling se ha ganado con justicia su lugar como una de las herramientas y habilidades comunicacionales más potentes de todos los tiempos. Facilita el diálogo emocional, humaniza a la marca, la hace más accesible y favorece en la adopción de los mensajes que ésta transmite. Tiene el poder de exaltar las ventajas competitivas de los bienes que se comercializan.

Puede hacerlo de modo majestuoso si logra destacarlas sin mencionarlas, si ilustra, con imágenes, retóricas o figuradas, los atributos del producto. Si muestra sin decir, sin mencionar, si utiliza el lenguaje descriptivo que evoca emociones diversas. Uno de los principios de la narrativa publicitaria. 

Una historia basada en hechos reales, en las vivencias de una persona que represente a nuestro público objetivo, será más relevante por su raíz original y auténtica. La realidad siempre supera a la ficción. Una emoción que rebalsa en los ojos conmueve; la vista desde ese lugar elegido; el lapso de tiempo que muestra el crecimiento de un proyecto en el cual se invirtió. 

Como en el aprendizaje, a la hora de crear relatos, lo mejor es observar, para saber qué funciona y qué no. Para ser más asertivos a la hora de comunicar un concepto, cualquiera sea: un lanzamiento; una apertura; una nueva flota de vehículos, un cobranding. Está estudiado, las emociones mueven a la acción. 

Actualmente, muchos productos parecen ser idénticos, es clave diferenciarse con el relato y el diseño de una experiencia de marca para cada una de las tres etapas del proceso de venta. Ser contemplativos con quienes intervienen en el trabajo creativo y también en el comercial. La riqueza del contenido emerge desde cualquier punto y a través de cualquier persona afectada al producto.

El personal de contacto también tiene la enorme oportunidad de sumar; los espacios por donde circula nuestro cliente pueden aportar valor; el obsequio que entregamos al final puede cerrar la historia. Podemos sorprender al compensar por responder a nuestra encuesta de satisfacción, esas en las cuales deseamos que nuestros clientes queden complacidos, aunque a veces sepamos que no fue así.

Las marcas que verdaderamente quieran crear una fuerte conexión emocional con su audiencia, como en todo lo serio, deberán invertir. En el storytelling y la experiencia de marca. En la observación, el registro, y el análisis de las vivencias relevantes como un nacimiento; una partida; momentos en los cuales las personas se alzan o se derrumban. Una mudanza, una graduación o una boda.  

El equipo a cargo de la estrategia de marca deberá ir al grano y postular un concepto trascendente a través de una historia que inspire, una que conduzca a nuestro producto intangible o no. Por eso sugiero rescatar un fragmento especial de la vida de una persona y nutrirlo con nuestra propuesta de valor. Y comenzar así, a crear una comunidad más afín a nuestros valores identitarios. 

En conclusión, el storytelling transmite valor a partir de conexiones significativas; apalanca la experiencia de marca; aumenta la confianza; e incrementa la lealtad de los públicos estratégicos. Logra, además, diferenciarnos naturalmente de la competencia. En el corazón de cada marca hay una historia valiosa a ser narrada. ¿Cuál es la tuya? ¿Qué desafíos ha enfrentado y cómo los ha superado?