Por LAUREANO MEDEOT.
En 2024, un empresario o ejecutivo puede obviar la corbata, pero no debería descuidar su marca personal. Te cuento en primera persona las claves de este fenómeno que está explotando en LinkedIn mientras leés estas líneas.
En los últimos meses, me encontré ante un desafío particular en mi carrera: gestionar mi propia marca personal. Con más de 20 años en la industria del Marketing Digital, y ante la necesidad de redefinir y escalar los servicios de mi agencia, quise buscar un camino distinto.
Pero ¿cómo destacar en el ecosistema digital en 2024?
Sabemos que América Latina es la región con más consumo diario de medios (14 horas y 40 minutos, We Are Social 2024). A la vez, las audiencias no están ya dispersas, sino pulverizadas: la atención es la nueva moneda de nuestros tiempos. Casi 8 de cada 10 consumidores prefieren comprar a marcas conocidas.
Sabía que mis potenciales clientes estaban en LinkedIn, como todo modelo B2B. En esta plataforma profesional los individuos tienden a generar mayor confianza y autenticidad. De hecho, los perfiles personales en LinkedIn reciben hasta un 561% más de interacciones que las de páginas de empresa (Social Insider, 2024).
Así que avancé con un objetivo, aumentar mi visibilidad para generar nuevos contactos comerciales, una posible audiencia (determinados perfiles en LinkedIn), y un esbozo de diferenciación (destacarme entre los miles de marketers).
EL DESAFÍO DE LA MARCA PERSONAL
Aquí apareció la primera complicación: gestionar una marca personal no es lo mismo que trabajar con marcas tradicionales. Aún después de haber trabajado en el branding de decenas de marcas – tanto propias como de clientes, en agencia y consultoría.
Más todavía cuando el objeto de trabajo sos vos mismo. Por eso, como en toda área en la que no somos expertos, recurrí a alguien especializado en construcción de marcas personales.
Lo primero que aprendí es que desarrollar tu marca personal no implica pasar la vida en Instagram o hacer el ridículo en TikTok. No se trata de mostrar cada cosa que hacemos con una foto o video; se trata de gestionar activamente cómo queremos ser percibidos.
Implica definir un objetivo, conocer a quién nos dirigimos, seleccionar un tono de voz coherente y elaborar una estrategia sostenible.
¿Estoy sugiriendo que te vuelvas un influencer? No. Estoy diciendo que gestiones de forma consciente la narrativa acerca de tu persona.
LA ESENCIA DEL BRANDING PERSONAL
Sabemos que una marca es un conjunto de asociaciones: la suma de todas las expresiones por las que una entidad –persona, empresa, producto, servicio, ciudad, o país– desea ser reconocida.
Las asociaciones alrededor de la marca no se pueden no comunicar. Si no gestionás activamente tu marca, esas asociaciones igualmente existirán, pero probablemente en una dirección que no te convenga.
Cuando trabajamos una marca de forma ordenada, metódica y estratégica, estamos haciendo branding. Con la marca personal, el proceso es el mismo: gestionar tu narrativa, tener un objetivo claro, un público definido, un posicionamiento diferenciador, un tono de voz y una estrategia para comunicarlo.
MIS AVANCES
Hace dos semanas empecé a publicar contenido regularmente. Con solo 7 publicaciones, logré:
• 8 mil impresiones de mis publicaciones, vistas por casi 2.500 personas.
• Más de 200 interacciones.
• Las visualizaciones de perfil pasaron de menos de 10 a más de 50 por semana.
• 150 nuevos seguidores y contactos.
• 1 oportunidad comercial.
Son números discretos, pero alentadores. Apenas estoy comenzando: en términos de un embudo de marketing, me encuentro en la etapa inicial, mostrando quién soy y qué hago. Mi objetivo es seguir aportando valor a mi comunidad para luego pasar a contenidos que nutran y persuadan.
Tengo cuenta en LinkedIn desde hace casi 20 años, pero mis participaciones siempre fueron esporádicas. Para mí LinkedIn era un lugar aburrido donde la gente subía fotos de reuniones y eventos.
Hoy, mi perspectiva cambió radicalmente. La segunda parte del proceso de construcción de una marca personal implica generar una comunidad. Y esta comunidad no se compone solo de potenciales clientes, sino también de personas de las que puedo aprender, participando en discusiones, aportando valor, futuros partners, y mucho más.
En un mundo hiper fragmentado, donde las marcas tradicionales enfrentan una creciente desconfianza, construir una comunidad que reconozca el valor que aportás se vuelve crucial. Esa comunidad no solo está formada por posibles clientes, sino también por empleadores o colaboradores, y quizá futuros empleadores. Una marca personal sólida tiene el poder de abrir puertas que un simple currículum no puede.
¿Estás listo para gestionar tu marca personal? Si es así, y si no lo es también, buscame en LinkedIn como: Laureano Medeot.
(*)Socio en Agencia LINE | Consultor Estratégico.