En los últimos años se ha registrado una mayor presencia de la mujer en puestos jerárquicos en nuestro país. Y pese a que todavía persiste la brecha salarial, crece la participación del empleo femenino en sectores históricamente “masculinizados” y en aquellos que perciben salarios más altos.
En este contexto, se puede observar un crecimiento de la participación femenina en el mercado laboral, cuya tasa de actividad crece más de 5 puntos, generando efectos sociales, económicos y culturales de gran relevancia, según OEDE. Este desarrollo también ha sido acompañado por una mayor inserción en puestos de jerarquía, a pesar de que aún se encuentra en clara minoría respecto del empleo masculino.
La tendencia es alentadora, pero todavía estamos lejos. En base a los últimos datos disponibles, en Argentina, solo el 28% de los cargos directivos son ocupados por mujeres, mientras en el caso de las jefaturas su participación alcanza el 20%. Entre otros factores, este fenómeno puede explicar, en parte, la existencia de la brecha salarial por género, en donde el ingreso promedio de la mujer es cerca de un 25% inferior al de los hombres. Sin embargo, estos datos son alentadores si se los analiza en perspectiva, ya que se observa un fuerte incremento en ambas variables.
Además, según la OIT, un 30% de las mujeres que ocupan puestos directivos en la empresa mejoran el rendimiento comercial en un 9%. El estudio demuestra que las empresas no solo saldrán beneficiadas en un incremento de su rentabilidad y productividad, sino también de la potenciación de su capacidad para atraer y retener el talento; de una mayor creatividad, innovación y apertura; de la mejora de su reputación y de la capacidad para evaluar mejor el interés y la demanda del cliente interno y externo.
Del mismo modo, también se ha registrado un fuerte aumento en la participación femenina en sectores en donde históricamente existieron -y todavía existen- barreras para su ingreso, ya sea como resultado de las características propias de la actividad como también por distintos factores culturales. A modo de ejemplo, la participación femenina en el empleo minero creció del 8% al 12% en los últimos cuatro años, mientras que en el sector energético crece de 15% al 19% y en el sector financiero aumenta de 11% al 14% en el mismo período.
Estos sectores presentan factores particulares que durante décadas desalentaron la inserción laboral femenina, dentro de los cuales se encuentran el régimen laboral (como el roster minero, que incluye la necesidad de pasar largos períodos fuera de los hogares), el fuerte desgaste físico y la precariedad de la seguridad e higiene, además de una cultura organizacional configurada bajo un esquema en donde el empleo era únicamente masculino.
“En los últimos años la mujer ha mostrado una gran capacidad de adaptación a estas características, adquiriendo nuevas herramientas que facilitan su inserción. Del mismo modo, el ámbito laboral en estos sectores ha cambiado significativamente, pasando de ser hostil y excluyente a ser percibido como más ameno e inclusivo. En el caso particular del sector minero, se registra una creciente demanda de empleo femenino en proyectos vinculados a la explotación de litio, con lo cual se espera que el sendero de crecimiento registrado se profundice en los próximos años”, destacó Natacha Izquierdo, responsable de la práctica sectorial de ABECEB.
En sectores de alto valor agregado, Argentina lidera en la región el porcentaje de participación de candidatas mujeres para puestos de trabajo en la industria tecnológica, con un promedio del 45% del total de los postulantes, alrededor de 10 puntos por encima de Uruguay y Brasil, que cuentan con un nivel del 35%. El país se posiciona como un hub de tecnología en la región que proporciona talento bilingüe calificado. Si bien aun no está en los niveles ideales, la influencia positiva de las mujeres en el área ha hecho que cada vez sea más importante su participación, asumiendo puestos de jerarquía.
“A medida que las barreras de género van cediendo, las mujeres se encuentran en posiciones de mayor influencia y poder. En los negocios, en la ciencia, las artes y en la política -aunque acá los tiempos son más lentos- las mujeres están liderando el camino hacia un futuro más inclusivo y equitativo”, sostuvo Izquierdo.
Fuente: ABECEB.