Por MARIANO DE LA RIESTRA (*)
Siempre se ha señalado que la actividad en Vaca Muerta es un “modelo factoría”. Como todo sistema “en línea”, sus partes deben mantener proporcionalidad en sus capacidades de producción en línea, ir superándose a sí mismas en productividad, incorporación de tecnologías y en búsqueda de la eficiencia del sistema en su “totalidad”. Cuando se realizan avances en una parte del sistema, las otras deben acompañarla en capacidad, inversión o productividad, para no generar cuellos de botella o desproporciones en algún sector de la cadena de valor que perjudiquen al sistema en su totalidad.
Hoy es menester la incorporación de más equipos de perforación para acompañar las mejoras en la terminación con fracturas hidráulicas y la logística, y las ampliaciones en “evacuación” y despacho de la producción. A partir del próximo año, cuando se cristalice la ampliación
de la infraestructura de transporte y la expansión de hidrocarburos, uno de los principales “cuellos de botella” que debemos considerar es sumar capacidad de perforación de pozos. Desde Tecnopatagonia hemos seguido durante años la actividad diaria de todos los equipos de torre en Argentina y hemos registrado importantes mejoras en los tiempos de perforación por pozo, además de las mayores extensiones de las ramas horizontales de los mismos.
Aun así, es imprescindible incorporar más equipos de perforación para sostener principalmente las mejoras en productividad en las fracturas y seguir incrementando la producción de hidrocarburos. Nuestros seguimientos diarios de los equipos activos y disponibles, así como de los equipos de perforación que están “en camino”, indican que se podrían sumar seis equipos de perforación a la actividad actual. Si analizamos la capacidad de construcción de las torres actualmente activas y los tiempos de construcción actuales, estamos cerca de los 400 pozos en 12 meses.
Con la proyección de equipos que se podrían incorporarán al parque activo, se podría aumentar un 15% la cantidad de pozos, lo que plantea tres interrogantes:
1. ¿Habrá capacidad logística y de fractura?
2. ¿Hay capacidad de evacuación de hidrocarburos?
3. ¿Hay presupuestos aprobados para inversiones de capitalización desde las operadoras petroleras actuales?
Desde acá podemos responder con datos a las dos primeras preguntas porque conocemos y monitoreamos diariamente la capacidad de servicios. El tercer interrogante se resolverá en función de las decisiones de inversión de las petroleras.
Cabe señalar que las mejoras en el parque de equipos, la modernización y, al mismo tiempo, la “ventana de oportunidad” hacen que el presente se manifieste como una oportunidad histórica.
Es clave comprender que el desarrollo del equipamiento y la planificación coordinada beneficiarán a todos. La cooperación en esta etapa tiene un impacto positivo mayor que la competencia, y esta misma cooperación nos hará más competitivos en el ámbito de los hidrocarburos de Vaca Muerta. Todos somos protagonistas en la creación de un ecosistema productivo de calidad que nos mejorará.
(* )Ingeniero Industrial. Socio gerente de TECNOPATAGONIA. Cuenta con 20 años de trayectoria en YPF, Weatherford y Tenaris.