Del 24 al 28 de enero, el predio de la Sociedad Rural de Neuquén en Junín de los Andes, fue sede de una nueva edición de la Expo Rural. Impacto Económico dialogó con Cecilia de Larminat, presidenta de la Sociedad Rural de Neuquén, para conocer el actual panorama del sector, donde se observa una necesidad de regularizar la titularidad de tierras de pequeños productores, con el objetivo de mejorar la producción, eficiencia y el desgaste del suelo. En este sentido, también solicitan reglas claras y medidas estratégicas que contribuyan a potenciar la actividad que realizan en el campo.
¿Cuál es la situación actual de la producción ganadera de Neuquén?
No cambió mucho en los últimos años. Se estancó el stock por una sequía grave que hemos tenido en los últimos 10, 12-15 años. Se trató de descargar los campos de animales improductivos por una cuestión de supervivencia, guardar lo que sirve. El stock está estancado en alrededor 200.000 cabezas de bovinos. Habría que consultar con Senasa a ver cuál es el último número, pero esos son los datos que se han tomado en cuenta para hacer el Plan Ganadero Bovino Provincial, elaborado hace unos años y en el que hemos participado.
Hay una tenencia de todo ese stock de bovinos que está en manos de distintos estratos de productores. Un 50% aproximadamente está en manos de productores más organizados o con títulos de propiedad. El resto son pequeños productores que tienen una diversidad de situaciones más complejas, ligadas a la subsistencia y también a producciones mixtas con ovinos y caprinos. Eso hace que la ganadería neuquina en lo que se refiere a bovinos, presenta una eficiencia productiva de las más bajas del país.
¿Cómo se mide el nivel de productividad?
Para llegar a ese dato, se calcula el promedio entre todos los porcentajes de destete, que es un índice que se toma para ver cuán eficiente es un rodeo. Es decir, cuántos terneros se sacaron del ciclo efectivamente. Excluyendo todo lo que se perdió en la parición, lo que no se preñó.
¿Cuál es el porcentaje de destete en la provincia?
El porcentaje de destete de la provincia de Neuquén está en un 55%, por debajo de la media nacional. Si desglosás cómo se compone ese número, tenes productores que son más organizados o tienen una tenencia de la tierra más segura, acceso a tecnología, créditos, que logran un porcentaje de arriba del 75%. Pero en el otro estrato ronda el 34%, ahí es donde hay que trabajar mucho para lograr una eficiencia y no buscar tanto aumentar el stock. Podés tener un montón de vacas que no están produciendo un ternero por año, y están comiendo en ecosistemas que están muy degradados. Hay que tratar de revertir esa tendencia.
¿El otro estrato son productores que producen sobre tierra fiscales?
La mayoría sí. Están con tenencias precarias, con distintos estilos de ocupación, pero en la mayoría son fiscaleros como se los denomina normalmente. Son personas que ocupan tierras fiscales con permiso de la provincia, con tenencias precarias, con permisos de ocupación y que hace mucho tiempo están luchando por lograr una titularización de esa tierra. Algunos con éxito pero la mayoría no.
Es hora de que se arme algún tipo de plan integral de titularidad de tierras como para que esto sea un puntapié para el desarrollo digno de estas familias. Que tengan su tierra, puedan producir sobre algo seguro, sepan que va a ser propio y de sus familias de acá en adelante. El éxito y el de sus familias va a depender de ellos, de cómo cuidan, inviertan, alambran, siembran, plantan.
Esto quiere decir, que tengan acceso al título de propiedad. A su vez está relacionado a la degradación de los suelos, porque nadie va a cuidar realmente algo que no le pertenece.
Implica aumentar los niveles de seguridad jurídica…
Exacto, que la persona que está sobre un terreno sepa que ese terreno es propio, que tenga el respaldo de la titularidad. Que sea una base firme para invertir y producir.
¿Cuál es el destino de la producción ganadera de Neuquén?
Es totalmente mercado interno. Hubo una época donde se empezó a exportar, se vendían vacas a Rusia y otros países. El problema fue que con los vaivenes en las reglas de juego de exportación que hemos tenido, eso se cortó, impidió proyectar.
En el campo tenemos ciclos largos de producción. Si pienso en producir un novillo de exportación por arriba de 400 kilos. Para eso, tenes que tener un novillo gordo, de dos años, haber preñado a la vaca un año antes y tener proyectado lo que le vas a dar de comer. No podes en seis meses cambiar la orientación de tu producción.
En estos últimos años se apuntó a hacer el novillito chiquito de un año porque es lo más rápido, para tener seguro el negocio. Eso hace que por ahí se malgaste o no sea eficiente la producción. Con la misma máquina de producir carne que es un novillo, vos lo estás vendiendo por debajo de su nivel, de su peso final de faena.
Hace falta aumentar la previsibilidad y la productividad…
Sí, sobre todo la previsibilidad y buscar la eficiencia. Pero la eficiencia se logra sola cuando vos ya sabes donde tenés que ir. Necesitamos reglas claras, a largo plazo, seguras y que no las cambien desde un escritorio sin entender cómo funciona la actividad. No es lo mismo producir en la Patagonia donde tenes insumo que viene de la provincia de Buenos Aires, La Pampa o de otros lugares. Es más difícil porque vos dependes también de por ejemplo, el costo del flete.
¿Qué otros cambios hacen falta para aumentar la competitividad del sector?
A nivel nacional, previsibilidad, reglas de juego claras y estables. A nivel provincial, hay una deficiencia en las plantas de faena porque están casi todas trabajando por debajo de su capacidad operativa. Funcionan con un sistema de turnos, no hay una fluidez, entonces eso hace que no sea fácil mandar a faenar cuando uno lo decide. Siempre hay que estar pidiendo turno, viendo cuándo el matadero faena, el horario, si hay feriados, si hay asueto. Todo eso hace que se complique.
¿Los centros de faena son estatales?
Hay algunos que son privados y hay muchos que están dirigidos por los municipios. Los empleados que trabajan en esos mataderos se rigen por las reglas de los empleados municipales, entonces ahí tenés un problema, porque los tiempos no son los mismos que necesita el privado. Se podría implementar algún sistema mixto como público-privado.
Otro de los temas es que hay mataderos habilitados con todas las reglas, que cumplen con lo establecido por SENASA, y dan seguridad a la compra de carne que sale de ahí. Hay otros que no están habilitados, siguen funcionando igual y eso hace que no sea tan seguro. No tenés un control sanitario y tampoco un control de propiedad del animal que está entrando a ese matadero, porque no te piden documentación.
¿Cómo evalúan la posible eliminación de la barrera sanitaria?
Se clarificó que en el DNU no hay ninguna voluntad de cambiar esa barrera. Lo que se propone es una unificación del estatus sanitario, pero justamente tiene que ver con esto de los mataderos, no del estatus sanitario referido a la aftosa. Que las plantas de faena, le paguen a los frigoríficos de todo el país, se rijan por las normas sanitarias. Se refiere a eso, no a cambiar la barrera del lugar. Lo aclaró el secretario Vilella durante un plenario de comisiones que se realizó días atrás. Esto es auditado por organismos internacionales y sanitarios. Libre de aftosa sin vacunación es el mayor estatus posible en el mundo con respecto a esta enfermedad. Toda la Patagonia es libre de esa enfermedad sin vacunación y no queremos perder ese estatus bajo ningún aspecto.
Hay productores de La Pampa que quieren entrar con su producción al sur de la barrera y no nos oponemos a eso. Pero pedimos que igualen el estatus sanitario libre sin vacunación. Para lograr eso tendrán que hacer el trabajo que hemos hecho los patagónicos durante muchos años, de ir corriendo la barrera, ir probando con dejar de vacunar, auditando… Y de esta manera lograr que la provincia de La Pampa o de Buenos Aires sean libres de aftosa sin vacunación también, e ir ampliando la zona limpia hacia el norte y no al revés.
¿Al norte del río Colorado es libre aftosa con vacunación?
Sí, ellos vacunan dos veces al año toda su hacienda y así mantienen el libre de aftosa con vacunación. La diferencia en el estatus es esa palabrita, “con o sin vacunación”. El mayor estatus es el sin vacunación, que es el que tenemos al sur de la barrera del río Colorado.
¿Qué necesita el sector para exportar a países del circuito no aftósico?
Necesita plantas de faena aptas para exportación. En la provincia de Neuquén no tenemos. Tendríamos que salir por Río Negro, que no sería un problema, pero con eso fluiría más. Lo principal son las medidas macroeconómicas a largo plazo y que la orientación a la exportación también lo sea.
¿Algún punto que consideres relevante y que quisieras destacar?
Cómo provincia deberíamos aumentar el índice de destete. Eso implica una serie de buenas prácticas, de manejar los rodeos eficientemente, y de hacer un montón de cosas más. Y nosotros desde La Rural, para poder dar una mano.
A su vez, en nuestros campos, tratar de lograr ser lo más eficiente posible, porque eso también ayuda al ambiente, a que los campos no estén sobrecargados, hay una carga animal mucho mayor de lo que los campos soportan y la degradación del suelo es el resultado.
El perfil de Cecilia de Larminat
Es Ingeniera Agrónoma graduada de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), comparte su vida con Carlos Gerez. Juntos tienen una hija llamada Magdalena (16). Residen cerca de Las Lajas, donde se encuentra ubicado su campo. La familia de Cecilia ha estado inmersa en la actividad ganadera desde hace más de un siglo.