El país que queremos,la provincia que soñamos, se construye en la escuela

El país que queremos,la provincia que soñamos, se construye en la escuela

Por: Padres Organizados de Neuquén

Hace unos días vimos con atención una entrevista en la que un futbolista muy reconocido de nuestro país contaba que había terminado la primaria sin estar alfabetizado y, aunque finalmente lo había logrado, comprender un texto le requería leer tres veces la misma página. Lo que él no sabía, o no decía, es que no se aprende igual a todas las edades. Quien no aprende a leer en primer grado arrastrará pérdidas desde segundo. La entrevista terminó con una sincera declaración del futbolista que nos quedó resonando en la cabeza: que la próxima generación de mi familia sea mejor que ésta. Entendemos que en ese mejor está implícita la idea de la formación, porque un adulto formado tiene la posibilidad de acceder a empleos de mejor calidad y a estudios superiores sin fracasar en el primer parcial universitario.
La educación es un derecho humano fundamental, consagrado por la Constitución, y su cumplimiento es vital para el desarrollo de cualquier sociedad. Sin embargo, en la actualidad, la realidad educativa en nuestro país es preocupante. El Estado no cumple con sus obligaciones básicas y los más afectados son los más chicos, cuyos derechos están siendo vulnerados.

Uno de los problemas más evidentes es la falta de planificación en el calendario escolar. Los chicos no tienen 5 días de clases por semana, y quienes se están formando como futuros docentes tampoco, el estado los abandona, el gobierno nos abandona. La continuidad es una condición necesaria para que se desarrolle el proceso educativo. En la provincia de Neuquén los días hábiles del ciclo lectivo 2023 son 190, justo el compromiso mínimo asumido por el gobierno a finales de 2021 en el Consejo Federal de Educación. Pero siempre hay una trampa. Cuando descontamos las 11 jornadas institucionales, en horario escolar sin asistencia de alumnos, el recuento no llega ni a los 180 días mínimos efectivos acordados, según la ley 25864: Artículo 1° —“Fíjese un ciclo lectivo anual mínimo de CIENTO OCHENTA (180) días efectivos de clases…”.
Pero estos no son los únicos días que se descuentan: en el receso invernal se agregaron más días de jornada, o mejor dicho menos días de clases. Si contamos también las pérdidas por paros, la suspensión de clases por cuestiones climáticas y otros días otorgados por el
gobierno, con suerte serán alrededor de 160. No estamos contando los problemas de infraestructura, el ausentismo docente ni la falta de reemplazos. Finalmente, la escuela no cumple ni las condiciones mínimas para el proceso de aprendizaje: que todos los chicos vayan todos los días o al menos los que manda la ley; el estado no cumple con su obligación, el gobierno reglamenta contrario a la ley y las defensorías de los derechos de Niños, Niñas y Adolescentes miran para otro lado, mientras los chicos pierden y la sociedad hipoteca su futuro. La calidad de la formación docente, su capacitación con consecuente evaluación, hace que se haya perdido el rol fundamental y su profesionalización.
Las Pruebas Aprender evalúan el conjunto mínimo de competencias y habilidades adquiridas en una disciplina que se estandariza en función de los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP) ̈. Los resultados de su edición 2022 para los alumnos de 5to año han sido un reflejo claro de la realidad del sistema educativo: que no garantiza lo mínimo. Al finalizar la secundaria, 8 de cada 10 alumnos no logran las capacidades mínimas esperadas en Matemática (hablamos de proporcionalidad, porcentajes, razonamientos básicos) quiere decir, que no logran desarrollar el pensamiento lógico matemático básico. Cuando analizamos los resultados de lengua vemos que 4 de cada 10 no alcanza siquiera las capacidades mínimas.

Estos resultados son coherentes con los que se observan en la primaria, ya nadie niega que el nivel de alfabetización es deficiente, e incluso al terminar séptimo grado, no todos los niños saben leer y escribir adecuadamente, no todos logran comprender un texto simple, no están preparados para completar un formulario básico correctamente. En 2021, muy preocupados por la nula educación recibida en 2020 y por la nueva suspensión de las clases presenciales, contrariando lo que habían declarado los Ministros de Educación y Salud Nacional, presentamos como organización de familias, un proyecto para declarar la esencialidad de la educación en la Provincia de Neuquén. Pero el proyecto no se discutió. Fue ignorado por las autoridades y, a pesar de las más de 4000 firmas que adhirieron, no recibimos ninguna respuesta.

Es evidente que el Estado se está desentendiendo de los chicos en materia educativa. El poder ejecutivo no gestiona las escuelas de manera que cumplan su función de formar a los ciudadanos del mañana. El poder legislativo tampoco ha declarado la educación como esencial, dejando en evidencia que no la considera una prioridad. Y el poder judicial no actúa para proteger los derechos de una mayoría silenciosa y desprotegida.

La Defensoría Nacional de los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, a cargo de la Dra. Marisa Graham, está habilitada para litigar en todo el territorio del país sin embargo, ésta no ha actuado ni brindado el apoyo necesario. A pesar de los años de abandono de los derechos educativos de los chicos, no se han visto acciones concretas.

El estado de la educación es desesperante. Es necesario acceder a información pública y transparente sobre cómo se toman las decisiones en esta materia.

Es fundamental conocer los relevamientos de condiciones considerados, sólo con información confiable y accesible podremos entender la magnitud del problema y buscar soluciones.

Reclamamos con las herramientas a nuestro alcance, que se tomen medidas concretas para revertir esta tragedia educativa. Le debemos a cada chico el acceso a la posibilidad de un futuro en el que puedan tener aspiraciones, desarrollar sus capacidades y ejercer plenamente sus derechos. Es responsabilidad del Estado garantizar el derecho a recibir educación para todos sin excepción, tenemos que trabajar para construir un sistema educativo que esté a la altura de las necesidades y derechos de nuestros hijos.
El país que queremos, la provincia que soñamos, se construye en la escuela, con más y mejor educación.

Todos los chicos, todos los días, todas las escuelas.