Martín Litwak es un referente internacional en temas de planificación patrimonial Autor
de los libro “Paraísos Fiscales, Infiernos Tributarios” y “Planificación Patrimonial para
Celebrities”.
En un hilo de su cuenta de Twitter, analizó la dimensión impositiva y cambiaria del premio
recibido por la AFA y los jugadores de la Selección Nacional. Lo compartimos con
nuestros lectores.
En los torneos deportivos, sean individuales o colectivos, el primer país que suele cobrar un
impuesto es el país anfitrión u organizador. Esto es algo que explicamos con bastante detalle en el
Capítulo V de mi último libro.
En el caso de los Mundiales de fútbol, una de las primeras cosas que pone como condición la
FIFA es que esto no ocurra, con lo cual, la entidad que rige el fútbol argentino debería recibir el
premio antes mencionado libre de retenciones y descuentos.
Sentado ello, de haber ganado el Mundial cualquier otro de los países participantes, el dinero que
la federación de fútbol de su país recibiría sería exactamente el mismo que FIFA enviase, lo cual
es obviamente lógico y lo que corresponde. Pero eso no sucede en Argentina.
En el caso de nuestro querido país, el premio está sujeto a un impuesto a las exportaciones del
7.25% y también a la conversión de los dólares recibidos a pesos argentinos al ficticio y ridículo
tipo de cambio oficial.
Dado que la actual brecha cambiaria es prácticamente del 100%, la AFA recibiría, en dólares, la
mitad de lo que le habría correspondido!
Encima de esto, al girar el monto de los premios a cada jugador, obviamente va a tener que pagar
el impuesto a los débitos y créditos en la cuenta bancaria.
Desde el punto de los jugadores – cada uno de los cuales debería recibir aproximadamente US$2
millones y no uno, como terminaría recibiendo más que nada por cuestiones cambiarias – estamos,
para la ley argentina, ante ganancias de fuente extranjera.
Lo anterior implica que solo los argentinos y los miembros del cuerpo técnico que califiquen como
residentes fiscales argentinos deberán pagar impuestos a las ganancias en Argentina.
El resto de los jugadores se regirá por lo que establezcan las leyes de los países donde tengan
sus residencias fiscales. Algunos deberán pagar impuestos allí, pero otros no.
Todo lo anterior rige salvo que la FIFA y la AFA se pongan de acuerdo en estructurar el pago de
alguna otra manera, lo cual podrían perfectamente hacer dado que se trata de dos instituciones
privadas con libertad de planificar sus negocios de manera de reducir la carga fiscal.
Hay alternativas de estructuración que, más allá de que le gusten o no a AFIP, deberían ser
aceptadas como válidas dentro del actual ordenamiento legal argentino; o que al menos valdría la
pena evaluar en el plazo que la FIFA se suele tomar para hacer estos pagos (90 días).
Lo mismo aplica al premio adicional de US$10 millones prometido por CONMEBOL.
Si alguno de los campeones del mundo me pide que le dé una mano a la AFA con esto, lo hago
total y absolutamente ad honorem.
