En medio de una etapa de transición económica, hizo referencia a la necesidad de llevar adelante una serie de cambios estructurales en todo el país. Además, mencionó la posibilidad de implementar nuevas reformas y recalcó el interés que despiertan, principalmente, los sectores de Vaca Muerta y Oil & Gas en los inversores extranjeros. “Compartimos la entrevista a Fernando Marengo”.
¿Qué fortalezas identificás en el esquema económico del presidente Javier Milei?
Hay fortalezas exógenas y otras que son propias del modelo. Dentro de las primeras, este año ha sido de la cosecha agropecuaria promedio. Cualquiera fuera el presidente, iba a tocar esta fuerte recuperación agropecuaria. Dentro de las segundas, es que gracias a la resolución de algunos cuellos de botellas en temas de transporte energético, Argentina este año va a tener un superávit comercial energético. Esto también va a aportar divisas. Yo diría que, puntualmente, dentro del modelo económico, se hizo un análisis correcto de la situación del país. Se están implementando las medidas necesarias y en la forma correcta.
¿Cuáles son sus bases?
El programa tiene dos anclas. La primera es fiscal. Con la historia argentina de déficit fiscal, sabemos que cuando se financia con deuda, terminamos con crisis de deuda y récord histórico de reestructuraciones de deuda. Y cuando se financia con pesos, terminamos con inflación. En los últimos 40 años, hemos sido el sexto país con la mayor tasa de inflación acumulada en el mundo. Por eso, claramente, creo que la resolución del tema fiscal es un ancla elegida correctamente.
¿Respecto a la segunda?
También creo que es correcta, pero es mucho más discutida en estos días: la necesidad de una bajadepreciación del tipo de cambio, luego de la corrección inicial. En Argentina, todos pensamos en términos de dólares y cada vez que se mueve el tipo de cambio, ajustamos los precios para tratar de mantener nuestro poder de compra en términos de dólares. Entonces lo que ocurre siempre que hay un salto en el tipo de cambio, es una aceleración en la depreciación y esto se convierte en inflación. Por eso, un programa antiinflacionario en Argentina, necesariamente, tiene que tener un tipo de cambio relativamente estable.
Creo que las dos anclas son correctas y la implementación también.
¿Ves posibilidades de una nueva devaluación?
Creo que sería un error garrafal. Mucha gente dice que en abril hay que mover 20% o 30% el tipo de cambio. Pero si hacés eso, ¿de cuánto es la inflación de mayo? Probablemente sea de un 20%, con lo cual el programa antiinflacionario y, en general, el programa económico de Milei caería por tierra. Creo que sería un craso error devaluar. Es cierto que el país está caro pero ese encarecimiento no es culpa del crawling peg, sino que Argentina tiene una economía cerrada, proteccionista y con alta presión tributaria. Si pensamos que devaluando se gana competitividad, Argentina debería ser el país más competitivo del mundo porque nadie ha devaluado así en los últimos 50 años.
Necesitamos una competitividad sistémica…
Absolutamente, si uno ve el cuadro de pérdidas y ganancias de una compañía, el tipo de cambio afecta el precio relativo entre los bienes que son transables internacionalmente y los que no. Dentro de ese resultado, tenés costos laborales, presión tributaria, costo al financiamiento asociado con la tasa de interés y el riesgo país, costos de infraestructura y de transporte. El tema es que siempre queremos tomar el atajo y decir “devaluando, resolvemos el problema”. Así, nunca encaramos la reforma de fondo que nos haría verdaderamente competitivos.
¿Se podría acelerar la baja del gasto público y los impuestos?
Creo que no, por todo el ruido que hay en este momento. Se ha hecho una baja basada en la licuación, fundamentalmente en el sector de los jubilados, y no tanto en bajas discrecionales de gastos. Sumado al recorte a las provincias en las transferencias discrecionales y al corte de la obra pública, son las tres patas del ajuste fiscal hasta ahora. El gobierno nacional no tiene mucho más lugar donde recortar. Creo que dada la evidencia empírica de tres meses desde que asumió, es muy difícil ir más rápido, dado el ruido que está generando esto. Cuando uno ve los números fiscales y ve que es tal el superávit logrado en el primer bimestre del año, no es necesario seguir a este ritmo de ajuste. Es que casi triplica la meta del primer trimestre, o sea que hay margen para aflojar con los jubilados.
¿En cuánto se podría llegar a una inflación de un dígito?
Si se mantiene el programa económico de ajuste fiscal, de superávit y de crawling peg (o depreciación controlada del tipo de cambio) cercano al 2%, en abril se puede tener una inflación de un dígito. Creo que es clave, porque si uno ve la estructura de ingresos del país, hay un 50% de la población que en diciembre estaba bajo de la línea de pobreza y otro 50% que estaba por arriba. Para los que están abajo, el gobierno, correctamente, sigue transfiriendo recursos y les duplicó la asignación universal por hijo (AUH) y subió la Tarjeta Alimentar. Claramente, hay que hacer una contención.
¿Cómo nos ven los inversores del exterior y qué nivel de interés despierta Vaca Muerta?
Pensando a futuro, hay que especializarse en los sectores con ventajas comparativas. Oil & Gas y Vaca Muerta están liderando. Y junto al sector minero, al agroindustrial y el litio, son los cuatro grandes sectores en los cuales Argentina tiene esa ventaja. Obviamente, también está el sector de diseño de indumentaria, en desarrollo de software y economía del conocimiento en los que también somos competitivos, pero creo que estos son los grandes sectores.
El cambio de modelo económico y de paradigma despierta mucho interés en Argentina. Los precios, a pesar de la recuperación que tuvieron en los últimos cuatro meses, todavía son muy baratos respecto a la región. Sumado a que hay un gobierno intentando cambiar el rumbo económico de los últimos 50 años, esto nos convierte en un país atractivo.
¿En qué sectores se están concretando las inversiones?
Se ven inversiones en sectores muy puntuales: en Oil & Gas, que podría multiplicarse varias veces dado el potencial que tiene Vaca Muerta; en el norte con el litio, que también se podría multiplicar. Creo que el potencial de Argentina es fenomenal y despierta interés, algo que hace cuatro meses no sucedía porque nadie preguntaba por Argentina. Hoy, uno recibe todos los días consultas al respecto.
¿Considerás que acelerar las reformas estructurales es imprescindible para amortiguar el ajuste?
Absolutamente. Lo que está haciendo el gobierno en este momento es estabilizar el paciente en terapia intensiva. Después, viene la recuperación y esperamos que este paciente logre correr una maratón, algo que nunca logró. Si uno ve la tasa de crecimiento de Argentina de los últimos 120 años, es el electrocardiograma de un paciente cardíaco. Argentina crece 8% y cae 4%; crece 3% y cae 6%: no hay nada peor para la inversión que esa volatilidad en la tasa de crecimiento. Entonces tiene que lograr crecer entre 20 y 40 años seguidos al 3% o 4%. Es la única forma de bajar la pobreza. Por eso, el primer desafío para ello es la inversión. Para eso, necesito ahorro, que requiere estabilidad de la moneda. Y para eso, eliminar la inflación es la primera condición.
¿Y qué reformas estructurales considerás prioritarias?
Después de bajar la inflación, estabilidad del marco de la inversión, seguridad jurídica, nivel de educación, gente capacitada. Son reformas estructurales porque Argentina tiene que ser un país competitivo. Abrir las fronteras, competir con el resto del mundo, hacer reformas laborales, tributarias ya que la presión que hay a nivel nacional, provincial y municipal es exorbitante. También es necesaria una nueva ley de coparticipación, que es una telaraña. Cada vez que hubo una necesidad, se creó un impuesto que se distribuye de manera distinta. Por eso, cuando se quiere hacer una reforma tributaria, se tocan distintos intereses y privilegios.
Argentina tiene el desafío de crecer 40 años seguidos, porque es la única forma de eliminar la pobreza. Hoy estamos dando un primer paso en una maratón de 40 kilómetros. Es lo que hicieron todos los países relativamente exitosos: lo hizo Chile, Perú, Colombia, Brasil, China, el sudeste asiático. Todo el mundo lo hizo, pero Argentina hasta ahora nunca lo logró.
El perfil
Fernando Marengo
Economista jefe de BlackToro Global Investments. Lic. en Economía y Magíster en Finanzas por la Universidad Di Tella. Desarrolló su carrera como economista en Arriazu Macroanalistas, firma especializada en análisis económico y financiero internacional.