El cuidado de la estética es parte de un cambio cultural que se viene observando desde hace años. De un tiempo a esta parte, esta tendencia se refleja también en los hombres. Impacto Económico entrevistó a Daniele Vancin, médica dermatóloga, especialista en medicina estética en Neuquén. La especialista detalló los desafíos y riesgos que enfrentan tanto los profesionales como los pacientes, destacando la necesidad de precaución y validación médica.
¿Cómo pueden afectar los casos de mala praxis a la actividad de la estética?
La palabra estética no es reconocida por la Ley de Especialidades Médicas en Argentina, que engloba 72 especialidades. Acá nosotros podemos hacer medicina estética pero no es una especialidad médica, -es como una rama o una subespecialidad-, pero no es reconocida como tal. Tengo una habilitación para poder hacer prácticas en consultorio y prácticas en quirófano. Los médicos reconocen esta ley. La subsecretaría de Salud de Neuquén habilita consultorios médicos, pero esto no quiere decir que se pueda hacer realizar cualquier práctica.
¿Un ejemplo?
Hay prácticas que sí o sí debo hacer en un quirófano. En el caso de Mela, que consiste en realizar una incisión de una pequeña glándula, que por lo general está conectada a un aparato láser o de radiofrecuencia, que coloco e introduzco dentro de la piel. Es una práctica muy liviana, pero tiene sus riesgos. Esta práctica se realiza en consultorio, aunque no está habilitada para hacerla ahí.
¿Qué tener en cuenta para evitar riesgos?
Primero saber si el médico tiene una especialidad médica. Hay que ver si el profesional tiene una residencia médica, una especialidad habilitada. Por ejemplo, si es cirujano plástico o si es médico dermatólogo. También se debe corroborar que tenga matrícula de especialista en la provincia. Como Neuquén es una zona muy rentable y que tiene un poder adquisitivo alto, existen muchos médicos “golondrinas” que están habilitados en otras provincias, pero no tienen habilitación en la provincia de médico especialista.
¿Qué prácticas deben ser hechas en un quirófano?
Una pequeña lipoaspiración que actualmente es conocida como Mela, es una lipo de papada, de cuello, una pequeña lipo de zona abdominal, eso debería siempre ser hecho en el quirófano. Al igual que la aplicación de un láser transcutáneo, botox, etc.
¿Cómo evalúas la mayor demanda masculina de estética?
Vamos a hablar de medicina regenerativa. Uno no puede evitar el envejecimiento, pero lo puede retrasar. Nosotros podemos evitar el paso del tiempo haciendo algún procedimiento estético o regenerativo. Los hombres empezaron hace poco tiempo, diría menos de cinco o seis años. El paciente que venía era el marido o la pareja de la mujer que ya atendía hace más de 15- 20 años. Empezaron de a poco… No le gusta hacer procedimientos con agujas, pero ya existe mucha tecnología que podemos usar para el hombre. Sin embargo, las consultas de hombres son relativamente pocas, significan menos de un cuarto en mi agenda. Empezaron con la depilación definitiva, después con un poquito de botox, y hoy ya me piden retrasar el envejecimiento.
¿La medicina estética debe ser una especialidad?
No deberíamos perder tanta energía en aprobar la medicina estética como una especialidad médica, pero sí deberíamos regular esta práctica. En lugar de hacer una residencia médica en dermatología o cirugía plástica, también existen otros medios para estar habilitado y seguro. Por ejemplo, cursos de anatomía para poder saber e inyectar y no tener efectos adversos. Actualmente, existen varios cursos de posgrado que no son especialidades. En un país pobre como Argentina no deberíamos perder tiempo en el hospital, porque una residencia de especialidad médica requiere de su uso.
¿Algún otro punto que consideres importante destacar?
La medicina regenerativa va a cambiar mucho la manera de tratar la estética. Hoy ya existe tecnología para todo, por ejemplo tecnologías robóticas. El paciente que quiere tratar la piel, quitar la grasa, generar músculo, lo puede hacer con un equipamiento específico.
¿Cómo fue tu formación?
En Buenos Aires hice la carrera de dermatología y después empecé a cursar en el Hospital de Vicente López la residencia en dermatología. Finalmente terminé en el Hospital del Servidor Público en Brasil, porque quería hacer la práctica de láseres y en Argentina no había. Tengo una formación en dermatología estética más brasileña que argentina.
