Por Anabel Zerahia. Coach organizacional. Consultora AZ. azerahia@gmail.com
Escucho y siento cada día, y en cada conversación como si estuviésemos segmentados. Como si lo que pensamos está aparte de lo que sentimos, de lo que escuchamos y de lo que decimos. Como si ponerle emoción (y sentimiento) a lo que nos está pasando tiene que ver con una “debilidad” de reconocer que eso nos afecta ¿Podés reconocer algo de esto en vos?
La comunicación es una de las competencias claves para poder liderarnos y liderar a otros, y uno de los componentes esenciales es la escucha.
Nuestra escucha se ve impactada y afectada por nuestra intensidad y carga emocional. No es lo mismo entablar una conversación estando tranquilos, que estando apabullados por diferentes situaciones cotidianas, o por exceso de pasado o futuro.
Dentro de nuestro día a día nos encontramos afrontando diversas situaciones, todas en diferentes planos y áreas de nuestra vida. Cada una de ellas impactando directamente sobre nuestras emociones y nuestra escucha.
El gran desafío en este contexto, es poder desarrollar un liderazgo emocionalmente capaz de desafiar y gestionar el mar de sensaciones cotidianas. Que, muchas veces hacen que nos desenfoquemos de los temas importantes y vayamos detrás de la urgencia sin siquiera saber el grado de inmediatez que eso requiere.
Necesitamos conectar-nos siendo líderes permeables y vulnerables. Sacándonos la capa de superhéroes para comprender y reconocer que somos humanos, y que a todos nos pasan cosas. Liderar desde el ejemplo, liderar desde nuestra mejor versión… Y pregúntate ¿Sos el líder que te gustaría ser? ¿Qué aspectos tenés para mejorar?
Volviendo al tema de la escucha, tenemos la fórmula: ESCUCHAR = OÍR (BIOLÓGICO) + INTERPRETAR + DARLE SIGNIFICADO.
¿Qué quiere decir esto? Que lo que nosotros escuchamos está siendo filtrado por varios factores: nuestra biología, la interpretación que le estamos dando al mensaje, creencias, lenguaje corporal y tonos de voz. Además, del sentido de las palabras que la persona está utilizando y lo que cada uno le está confiriendo.
Entonces podemos decir que uno dice lo que dice, y el otro escucha lo que escucha. La forma más efectiva de poder achicar esta brecha comunicacional es chequeando a través de preguntas, y dejar de suponer y dar por sentado la información.
¿Y las emociones cómo afectan?
Las emociones son impulsos de corta duración, y también podemos calificarlos como el mayor filtro a la hora de comunicarnos, ya que impactan directamente sobre la interpretación y el significado que le damos al mensaje que estamos recibiendo.
Lo más importante para tener en cuenta es que en una conversación, ya sea entre 2 o más personas, es que esto mismo está sucediendo en cada integrante de esa conversación. Por lo cual es fundamental aplicar la escucha activa, las preguntas de chequeo para poder aclarar el sentido y el significado de lo que se quiere decir. Evitando caer en el contexto de obviedad.
Cómo última reflexión, comprender que existe un último elemento en nuestro campo de acción, y es que se ve afectado (y limitado) por nuestras creencias y mandatos socioculturales. Con la fórmula de ACCIÓN = CREENCIAS + EMOCIONES, elegí alguna situación que hayas vivido últimamente, -que no tuvo el resultado esperado-, y pregúntate: ¿Qué creencia aflora en esa situación? ¿Qué emociones aparecen? ¿Cómo estuvo tu cuerpo? y ¿Qué hiciste?