“Uno de los problemas principales es ordenar los precios relativos de la economía”

“Uno de los problemas principales es ordenar los precios relativos de la economía”

El nuevo presidente se enfrenta a la peor situación desde 2002, con una inflación del 12% mensual, desequilibrios fiscales, altos niveles de pobreza y la amenaza latente de una hiperinflación. IMPACTO ECONÓMICO, dialogó con Rodrigo Álvarez, economista y director de Bituin Inversiones, sobre las características del desastre económico que deja el gobierno saliente, la necesidad de un cambio de paradigma, y la reforma del Estado.

¿Cómo recibe la economía el nuevo presidente?

Considero que es la peor herencia económica que hemos tenido desde 2002, incluso con algunos condimentos que la hacen más grave aún. Si bien había una crisis de deuda, el sistema financiero colapsado, no había memoria inflacionaria.

Veníamos de una década de estabilidad de precios, con lo cual ese gran problema que es la inflación, la velocidad de ajuste de los contratos y de los precios, en ese momento no estaba. La punta del iceberg es una inflación a niveles del 12%, con tarifas, servicios, precios muy atrasados, muy pisados, mucha inflación reprimida. Una economía totalmente en falsa escuadra. Un nivel de desequilibrio fiscal fenomenal, exacerbado en los últimos meses por una decisión política del gobierno saliente de Massa de gastar, de incentivar el consumo para convalidar niveles de actividad totalmente destruidos. Una carrera entre la inflación y la inyección de recursos que hace sostener la actividad en un nivel artificialmente elevado, cuando toda la teoría económica indica que para bajar la inflación tenés que ordenar la economía y esos desequilibrios.

¿Existe riesgo de una hiper?


Sí, ese frente es extremadamente complejo. Una economía que está sin reservas, con deudas de importadores, el comercio exterior paralizado. Es una economía que llega con un nivel de deterioro fenomenal. Con un margen de maniobra extremadamente escaso y con elementos de fondo mucho más complejos que en otras crisis. Como lo señalaba, la velocidad con la que se ajustan los precios y la gimnasia que hoy tiene el argentino para no quedarse atrás, en un contexto donde la inflación ya se encuentra en niveles elevadísimos. Cuando uno escucha a Milei decir que estamos al borde de la hiper, es cierto.

¿Cómo empezar a desactivar la bomba de las LELIQS?

Las LELIQS es uno de los problemas, no el principal. Uno de los problemas principales es cómo ordenar los precios relativos de la economía para que empiece a acumular reservas nuevamente. Esto que parece tan obvio, implica mover el tipo de cambio. Cuando uno mueve el tipo de cambio, se aceleran los precios. Para no terminar en una hiper se tienen que diseñar otras medidas de compensación como un ajuste fiscal, que es políticamente complejo y sabemos que implica distribuir costos. Es el arte y el desafío que va a tener que encarar Milei. El problema de las LELIQS es lo que menos me preocupa.

¿Consideras que se puede evitar una hiper?

Sí, existen herramientas y hay vocación. Desde el punto de vista técnico se puede hacer. Me parece que lo más complejo es que la sociedad entienda que hay que hacer un esfuerzo aún mayor, hay muchos sectores que vienen al límite no hace meses, sino hace años. El gran costo explícito que dejó el gobierno que se va, es una maraña de desequilibrios que implican más inflación a futuro, más ajuste de actividad. El daño que generó es fenomenal y la sociedad tiene que entender que va a tener que asumir costos. Es el principal desafío que tenemos por delante, el más difícil. Si no se hace lo que hay que hacer es muy difícil evitar un desequilibrio aún mayor. Si movés el tipo de cambio con la configuración económica actual, terminás en un rango de inflación de entre el 15% y 20%. Probablemente ya ese rango esté en las puertas de la hiperinflación.

¿Cuáles deberían ser las directrices de la reforma del Estado?

Estamos ante un cambio de paradigma. Tal como lo plantea Milei, la obra pública va a dejar de ser obra pública; de hecho, el referente de Infraestructura, Ferrero, es una persona que conoce mucho de acuerdos públicos-privados para el desarrollo de la infraestructura. Implica que las provincias y los gobiernos municipales, van a tener que cambiar la lógica. El hecho de tener una estructura de soporte del Estado Nacional más chica es un cambio de paradigma “también”. Era necesario. Todos sabemos que en el sector público hay áreas que no contribuyen a la generación de valor agregado. No somos una economía europea que tiene recursos, que tiene estabilidad. Hay decisiones que se van a tener que tomar. Hay un cambio en las formas de pensar, para tomar decisiones, y llegaron para quedarse por los próximos cuatro años. Después veremos si es un cambio perdurable. La economía va a sentir el ajuste, en este caso llega por una decisión. Pero podría llegar la explosión si no se toman esas decisiones.

¿Cómo estimás la receptividad de la sociedad ante las nuevas medidas?

Tal vez no tienen claro cómo van a impactar en su metro cuadrado, en su bolsillo, a sostener el empleo, poder comer, mantener la calidad de vida, hay sectores que en los últimos años vienen sufriendo mucho. Debemos entender que existe un proceso que hay que vivir, un esfuerzo para poner a la Argentina y a la actividad productiva en otro lugar. Hay luz al final del túnel, posibilidades de crecer, de que se generen dólares, pero hay que generar las condiciones. Hace mucho tiempo que vivimos administrando pobreza, una torta que se va achicando cada vez más.

Son las nuevas discusiones que tienen que estar en el entorno de la sociedad… Exactamente. El otro día hablé con un ejecutivo de una empresa suiza. Me decía que no podía creer que las discusiones no
se den en términos de cómo generar valor desde los empresarios, las cámaras, el sector público. Esa discusión de generación de valor hoy está totalmente pospuesta, pensando cuántas veces ajusta los
precios, si vende un producto y no lo puede reponer, qué inversión puede hacer y no puede importar. Nadie está pensando en este contexto cómo generar más valor agregado, cómo puedo importar mejor maquinarias para prestar un servicio superior y diferenciarse de la competencia.

Los empresarios y las familias se tienen que estar ocupando de cómo sobrevivir, sortear obstáculos, pensar cómo no desaparecer y cómo no morir en el intento. Esto tiene que cambiar.