Por: Pablo Benitez Jacood, Mg. en economía política
La provincia del Neuquén exportó durante este 2022 por unos U$S 2.912 millones, un salto que la posiciona en el cuarto lugar pero muy lejos de la performance de la provincia de Buenos Aires que exportó unos U$S 33.025 millones, de Santa Fe con exportaciones por U$S 19.163 millones y de Córdoba con unos U$S 12.852 millones. El mapa exportador argentino nos está marcando una deficiencia de competitividad y del desarrollo exportador en el resto del país, ya que solo las 3 primeras provincias explican el ingreso de 7 de cada 10 dólares y apenas 12 provincias superan la barrera de los U$S $1.000 millones anuales en exportaciones. Volviendo a la provincia del Neuquén, el boom de las exportaciones del sector energético, unos 2.850 millones de dólares en este 2022, explican el cuarto lugar a nivel país. Las ventas del sector no energético como frutas y productos químicos ascendieron a unos 63 millones de dólares en 2022, un 2% del total exportado. Primera conclusión: la dependencia del desempeño del sector Oil & Gas es determinante y no existe la diversificación productiva. Segunda conclusión: la marcan los datos del último informe disponible de la Agencia Argentina de Inversión y Comercio Internacional 2021. Los destinos que más crecen son Brasil, Chile y Uruguay, es decir que se exporta a mercados poco dinámicos y muy ligados al MERCOSUR. Siendo la búsqueda y consolidación de mercados internacionales una política de largo plazo, un limitante para la diversificación de exportaciones ha sido y es la orientación de la inserción internacional Argentina. Es interesante realizar un análisis de lo que está ocurriendo en Chile, no solo por los exitosos números de su inserción a los principales mercados globales, sino porque los beneficios de esta inserción se han distribuido por todo el país. Chile gracias a su enorme red de acuerdos de libre comercio y complementación económica que representan el 87,7% del PIB mundial, ha producido una diversificación de sus exportaciones. El 55% de las exportaciones del país son “no cobre’’, creciendo a una tasa promedio anual del 10%, pasando de envíos por u$s 13.656 millones en el 2003 a los u$s 53.600 millones en el 2022 sobre un total de u$s 97.491 millones. El impacto de los tratados de libre comercio en las exportaciones regionales es muy fuerte ya que genera gran parte del PIB de sus economías, por ejemplo, las ventas al exterior de las regiones de Atacama y Antofagasta son equivalentes a más del 100% de su PIB, el 83% en el caso de Los Lagos, 81% en Tarapacá, 68% en Coquimbo y un 62% en O’Higgins. La matriz productiva de las regiones chilenas tiene una marcada vocación exportadora, que se ha expandido en cada una de las regiones, el impacto y utilidad de los Tratados de Libre Comercio es tangible.
El análisis del aumento de las exportaciones “no cobre’’ reviste importancia para las provincias patagónicas que buscan morigerar la dependencia casi absoluta de los ingresos hidrocarburíferos. La diversificación productiva mencionada, que aumentó la oferta exportable de madera, alimentos o servicios, posicionando muchos de sus productos en los mercados de mayor ingreso per cápita, también se ha dado fuertemente en las regiones del sur, principalmente las que limitan con Neuquén. La región de Los Lagos, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Aysen y Magallanes exportaron en su conjunto unos u$s 13000 millones. A esto hay que agregarle que desde febrero del 2023 entró en vigor para Chile el acuerdo Transpacífico (TPP11), el tercer mayor Tratado de Libre Comercio (TLC) del mundo que está integrado por 11 países del Asia Pacífico. Si bien Chile ya cuenta con TLC con los otros 10 países del TPP11, muchos de estos tratados excluían de beneficios arancelarios a un gran número de productos chilenos de los sectores agrícolas, forestales, pesqueros, industriales y los exportadores de servicios. Para los exportadores chilenos ser parte del TPP11 representa más de 3.000 nuevas oportunidades comerciales, sobre todo en aquellos sectores altamente proteccionistas, tales como los productos agrícolas en Japón, los lácteos en Canadá o los productos del mar en Vietnam. Por ejemplo, un exportador chileno de la región de Los Lagos para exportar filetes de salmón congelado a Vietnam paga un arancel de importación de 11,2%, a partir de entrada en vigor del TPP11 accederán a este país libre de aranceles de importación. La región de La Araucanía mejorará su posición arancelaria de arándanos de conserva, manzana y cerezas a Japón, Vietnam y Canadá llevando el arancel de ingreso a 0%. Para ingresar a Japón, el jugo de manzana y la miel natural deben pagar un arancel de importación del 19,1% y 25,5% respectivamente, ambos se beneficiarán de arancel 0% a los 8 años de entrado en vigor TPP11. ¿La región del Alto Valle no se beneficiaría de una posición similar? Incluso el TPP11 es el primer TLC que incorpora un capítulo Pyme con la intención de facilitar un mayor aprovechamiento del acuerdo, además de crear programas para el aprovechamiento de las nuevas oportunidades comerciales y su inserción en las Cadenas Globales de Valor. Según la OCDE, el 70% de todo el comercio internacional en el mundo ocurre dentro de las CGV. Según Unctad, ese comercio internacional alcanzó en 2022 el récord histórico de 32 billones de dólares. En pleno siglo XXI, la agenda de los gobernadores y actores locales regionales debería ser una poderosa herramienta de acción, una masa crítica y de estudio de casos como el expuesto que busque aumentar los vínculos con Asia Pacífico y el resto del mundo. Esa es la única forma de salir del estancamiento y alcanzar la anhelada diversificación exportadora que solo podrá venir de una macroeconomía estable anclada al comercio global.