Semanas atrás se realizó en Neuquén un panel sobre “El potencial energético del Comahue” con la participación de Emilio Apud, consultor y ex secretario de Energía y Minería de la Nación, el ex ministro de Energía y Recursos Naturales, Alejandro Monteiro y el periodista de energía Camilo Ciruzzi. IMPACTO ECONÓMICO entrevistó a Apud, quién se refirió al escenario energético nacional y provincial, los recursos de Vaca Muerta, el potencial de la provincia en energías renovables, y los subsidios al gas y a la energía eléctrica, entre otros temas.
¿Cómo acelerar la generación de confianza para atraer inversiones?
Si no hay inversiones no se podrá desarrollar el inmenso potencial hidrocarburífero que tiene la provincia. Son sumas que están fuera del radar de un inversor local, e internacionalmente hay interés en el sector de energía sobre todo en oil & gas. En los próximos 30 a 40 años, la transición energética está indicando que va a empezar a perder valor y va a desaparecer como combustible el gas y el petróleo.
El problema es que nuestro país está fuera de la mira, del radar de todos los inversores por todas las macanas que históricamente hemos hecho. Como no cumplir contratos, modificar las reglas de los marcos regulatorios, hay mucho intervencionismo estatal. Sobre todo, en estos 20 años de kirchnerismo, el intervencionismo ha sido muy fuerte, en áreas que por ley no están reguladas, es el caso del petróleo y sus derivados. Usa a YPF de una forma incorrecta, que no corresponde para regular una posición dominante.
Asesoro a mucha gente que está mirando el negocio energético, y casi todos coinciden en la pregunta de qué va a pasar en el año 2027, cuando se cambie el gobierno que empieza ahora… Es una pregunta que se hace solo acá, en otros países no se hace. El hecho de que cambie el gobierno no cambia las reglas de juego, no cambia las políticas de estado. Hay que acelerar la generación de valor de Vaca Muerta, por la transición energética. Un área que tiene mucho para colaborar y acelerar el proceso es la de relaciones internacionales, tratando de mostrar otra imagen. Hay que bus- car acuerdos país-país, de manera que los inversores vean que hay algún tipo de respaldo que genere confianza por los acuerdos.
¿Cuáles son las consecuencias de no aprovechar el potencial de Vaca Muerta?
Hicimos un ejercicio que consiste en estimar durante los próximos 40 años, cuánto gas va a hacer falta para el mercado local asumiendo un crecimiento anual del 3,5%. Haciendo una hipótesis de cubrir la demanda de nuestros vecinos como Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay. Con dicho consumo en 40 años, quedarían en Vaca Muerta unos 500 mil millones de dólares, y en la Cuenca Neuquina cerca de 1 billón de dólares que quedarían en el subsuelo sin aprovechar. Suponemos que en 40 años se acaba la era del petróleo, por habernos conformado con el mercado doméstico y regional, vamos a dejar esa riqueza bajo tierra por no encarar el mercado mundial. Que es un mercado donde hay una demanda muy fuerte.
La demanda que se viene en la transición, sobre todo de gas, es muy grande. En los 30-40 años que vienen, se debe- ría reemplazar al carbón que contamina mucho más. Hay que acelerar la confianza y hacer las cosas rápido.
¿Qué cambios se requieren en el marco regulatorio?
En el sector energético hay que hacer un análisis. El equipo de Patricia Bullrich lo había hecho en los últimos 20 años al identificar normas, decretos, resoluciones, leyes, que se fueron agregando para darle más intervención al Estado en las decisiones del sector privado energético. Más que sacar nuevas leyes, hay que eliminar la mayoría de las que se implementaron en estos 20 años. Y hacer algún ajuste también, porque cuando se hizo este marco regulatorio, no existía ni el shale oil ni el shale gas, ni el gas natural licuado.
Es necesario también terminar con los subsidios internos al consumo de gas y de electricidad. Hoy, en promedio, los usuarios están pagando menos del 30% de lo que cuesta la energía. Y el resto, lo paga el Estado, pero no incluyendo el presupuesto de inversión, con lo cual el sector se va descapitalizando. El Estado genera un déficit del orden de los 12 a 13 mil millones de dólares por año de subsidios. Al no tener capacidad de endeudamiento, los impuestos al máximo, ¿cuál es el único recurso que queda? la emisión monetaria…
Por un lado, le da un subsidio, pero por el otro, le saca poder adquisitivo por el efecto inflacionario, sobre todo al asalariado. Hay que terminar con ese intervencionismo, con esa ficción, de que es uno de los pocos bienes y servicios de Argentina, que no crece con la inflación. La gente dice ¡Ay!, ¿cómo vamos a hacer para pagarlo? Lo mismo que haces para pagar el colegio, para pagar la leche o la gaseosa.
También pasa con el combustible. Esas distorsiones ya hacen a lo cultural, por esto del populismo energético, pensando que el Estado te va a beneficiar y lo que vos tendrías que gastar en energía, lo podrías utilizar para otra cosa.
Existe la alternativa de la tarifa social…
Sí, es un elemento que se introdujo en el gobierno de Macri, antes estaba el subsidio a todo el mundo. Hace 20 años no había ningún tipo de subsidio.
Es cierto que la situación económica se ha deteriorado muchísimo en estos 20 años, el nivel de pobreza es altísimo, el de desempleo… Me parece que es razonable determinar un segmento de la población que no está en condiciones de pagar. Tampoco es justo que no pueda pagar, y no tenga luz y gas. Hay que definir bien ese segmento, estimo que debe ser un 20% de los usuarios, y a través de algún organismo no energético, como bienestar social o ANSES.
La empresa tiene que recibir el 100% ¿cómo lo paga el subsidiado? Un 20% de su bolsillo y un 80% el organismo que se debería definir. Eso sería una solución, pero todo va a generar reacciones y un
esfuerzo muy grande. Sobre todo, para la clase media degradada por este sistema, que le va a costar asumir la tarifa plena.
Hay formas de mitigar el ajuste…
Sí, por ejemplo, bajando impuestos, haciendo uso racional de la energía, tanto en la construcción como en los hábitos de consumo. En última instancia resignando alguno de los bienes o servicios que están en el presupuesto a expensa de los que no pagan energía…
¿Qué modificaciones requiere el marco laboral?
El marco laboral es otro de los elementos que obstaculizan mucho el interés inversor. Tenemos leyes que son anacrónicas, leyes que vienen de la Carta del Lavoro de Mussolini, que no tienen ninguna razón de ser, incrementan costos y obligan a considerar pasivos contingentes, las indemnizaciones y la industria del juicio.
No es mi especialidad el tema laboral, pero hay que buscar reformas similares a la de los países que tienen los mismos recursos que nosotros. Para eso es necesaria una decisión política muy grande.
Los sindicalistas plantean no quitar derechos…
Habría que diferenciar lo que son derechos de lo que son privilegios. Hay que sacar los privilegios. La libre afiliación, por ejemplo, tendría que ser una. Las obras sociales, es otro tema que también
hay que tocar. Y hacer más democrático el funcionamiento de los sindicatos, no puede haber sindicatos únicos o centrales, u obras sociales únicas…
¿Con respecto al vencimiento de las concesiones hidroeléctricas?
El manejo, la operación y mantenimiento de las hidroeléctricas tienen que seguir en manos privadas, pero haciendo algunos cambios. Las concesiones de la mayoría terminan este año. Sugeriría hacer
una prórroga de un año y definir las especificaciones técnicas para el llamado a concurso de operación y mantenimiento, que deberían incluir las inversiones necesarias para hacer una adecuación dentro de las centrales, ya sea en la parte electromecánica, eléctrica, obras civiles. Porque son obras que tienen más de 25 a 30 años…
Hay un tema de seguridad de las represas…
Sí, seguridad, eficiencia, medioambiente. Eso va a significar una inversión que va a tener que hacer el concesionario que gane. Con esa inversión más los números para la operación y mantenimiento, impuestos y beneficios, te va a dar un kilovatio hora para definir en una compulsa de varias empresas. El kilovatio hora más bajo que ofrezca se queda con 10 o 20 años.
Sí el Estado ya sea provincial o nacional se metiera en el medio, sería una intermediación parasitaria, inútil y burocrática que incrementa los costos.
¿Cuál es el potencial de las energías renovables?
Tenemos un potencial espectacular. El recurso eólico es buenísimo en la Patagonia, de los mejores del mundo, se encuentran permanencias de entre 55% a 60% que son altísimas del promedio mundial.
Energía solar también tenemos por las grandes radiaciones como hay en el noroeste, prácticamente nunca está nublado. Se avanzó bastante, los planes de estímulo que hizo el gobierno de Macri hicieron que surgieran muchos emprendimientos.
Hacen falta los nodos y las redes para llevar la energía tanto desde la Patagonia como del noroeste a los centros de consumo. La infraestructura existente está saturada, es necesario hacer inversiones en redes.
¿Cuál es tu visión sobre la Ley de Compre Neuquino?
Es un factor que quita incentivo a las inversiones. En última instancia eso lo maneja un funcionario público. No es una cosa completamente transparente, significan mayores costos. Lo ideal sería que la industria local, de servicios o de bienes fuera competitiva sin necesidad de una ley.
Se puede dar una pequeña diferencia a favor del local, pero muy limitada, porque eso después se traslada a la competitividad. El mercado argentino está muy regulado. El día que se transforme en un mercado de exportación, hay que ser competitivo con un determinado precio FOB. Hay que evitar todos esos beneficios artificiales. los porcentajes de trabajadores locales y todas esas cosas. El Estado no se tiene que meter.
¿Cuál deberá ser el uso de las regalías?
Las regalías, es conceptualmente una parte que se saca de la renta de un bien que va a desaparecer. Las regalías tienen que generar en el tiempo, un recurso equivalente al que va a desaparecer por la caída de la demanda porque no tiene valor en el mercado. Imagínense, dentro de 30 años, Neuquén va a tener entra- das por gas y cero por petróleo. Hoy las regalías representan el 40% de sus ingresos.
Actualmente, las regalías financian gastos corrientes. Deben usarse para infraestructura, no solamente petrolera sino turística. Y una parte también para las próximas generaciones. En los países inteligentes y desarrollados se dedican a la educación y al conocimiento, o sea, inversión para que la sociedad esté mejor. Y tenga acceso a una buena educación y a conocimientos que son cada vez más sofisticados.