La pobreza en Argentina disminuyó al 38,1% en el segundo semestre de 2024, lo que representa una caída de 14,8 puntos porcentuales respecto al primer semestre del año, según el INDEC.
Esta caída en los niveles de pobreza refleja los efectos positivos del plan de estabilización de la administración Milei, con la consecuente baja de la inflación.
Si bien la mencionada disminución de la pobreza representa un avance, sus niveles aún son escandalosos. Recordemos que en 2023, el último año del gobierno kirchnerista, la pobreza fue del 40,1% en el primer semestre y del 41,7% en el segundo.
La radiografía no cura, hay que identificar la terapia adecuada. Es la inversión privada genuina la única vía para generar fuentes de trabajo y elevar los salarios reales. El punto entonces es cómo crear las condiciones para incentivar la inversión.
En uno de los últimos informes del IERAL – FUNDACIÓN MEDITERRÁNEA, titulado “Menos argentinos en la pobreza, pero con desafíos estructurales”, se hace referencia a que los indicadores socioeconómicos muestran una caída significativa de la pobreza en el segundo semestre de 2024, pero aún quedan retos profundos por resolver. Más empleo y educación serán clave para sostener esta mejora.
LA POBREZA INFANTIL
El informe hace una desagregación en el análisis de la pobreza por rango etario. La infancia es el grupo etario más vulnerable a la pobreza. Se destaca que la niñez enfrenta la situación más crítica: un 51,9% de los niños es pobre y un 11,5% indigente, lo que implica que uno de cada 10 niños no tiene garantizada su alimentación básica. Una comparación: los adultos mayores presentan la menor tasa de pobreza (16%). Esto implica que la probabilidad de ser pobre es más de tres veces mayor para un niño que para un adulto mayor (51,9% vs 16%), subrayando dónde se concentran las mayores urgencias, agrega el informe.
Laura Caullo y Federico Belich, responsables de la sección Social Laboral del IERAL, ponen el foco en la necesidad de generación de empleo y reformas estructurales imperiosas para la reducción de la pobreza.
Destaca el informe que el trabajo es la principal fuente de ingresos en los hogares argentinos: Según los últimos datos de 2024, el 77,5% de los ingresos de los hogares urbanos proviene del empleo. Sin embargo, la pobreza sigue afectando con mayor intensidad a aquellos hogares cuyo jefe de familia está desempleado o trabaja en la informalidad, lo que limita sus oportunidades de progreso y seguridad económica.
Para reducir la pobreza de manera sostenida –agregan-, es imprescindible dinamizar el mercado laboral y promover la creación de empleo formal. Se plantea la necesidad de modernizar la regulación económica, reducir las trabas a la contratación, fomentar la inversión en sectores con capacidad de generar empleo de calidad.
LA EDUCACIÓN
Sin embargo, el desafío –sostiene el informe– no es solo laboral, sino también educativo. La mejora del empleo demanda una transformación profunda del sistema educativo, garantizando que todos los jóvenes finalicen el nivel secundario con altos estándares de calidad. Es clave avanzar hacia un modelo de educación orientado al trabajo, en el que la formación técnica y profesional brinde herramientas concretas para la inserción laboral, enfatizan.
Concluyen que superar la pobreza no se logra únicamente con mejoras coyunturales en los ingresos, sino con políticas sostenibles que garanticen oportunidades reales de progreso. La generación de empleo y la educación deben ser los pilares de una estrategia de desarrollo social a largo plazo, que permita a más personas acceder a empleos de calidad y consolidar un sendero de movilidad social ascendente.