Cómo el método Problem Solving de McKinsey&Co. salvó a Tesla de la quiebra

Cómo el método Problem Solving de McKinsey&Co. salvó a Tesla de la quiebra

Por Gustavo Souss () y Luciano Morad (*)

El 26 de mayo de 2019 la acción de Tesla tocó fondo. Había caído de $77 a $35 en el último año.

La cantidad de problemas para Elon Musk, su CEO y principal accionista, se multiplicaban más rápido que
la fascinante aceleración de sus autos que van de 0 a 100 KM/H en 3 segundos.

La empresa generaba una pérdida de $234 millones de dólares al mes, le quedaba dinero para menos de
nueve meses de operaciones, y nadie en el mercado estaba dispuesto a seguir financiandola. Tenían más
de 400.000 órdenes de compra para el Modelo 3, pero eran incapaces de producir más de 1.000 autos
por semana. Los problemas y costos de fabricación aumentaban y los márgenes caían. La creencia de que
Tesla había concebido al auto que se manejara solo se desvanecía con un cuarto accidente fatal en poco
tiempo. Las ventas se desmoronaban y las renuncias de los empleados se disparaban, para salvarse de un
barco pronto a hundirse.

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